Páginas

miércoles, 4 de mayo de 2016

7 cosas que puedes aprender de las estrellas del rock



¿Qué tal, bonicos y bonicas?

¿Os habéis enterado ya de que ha palmado Prince? Seguro que sí. De hecho, como ya han pasado casi dos semanas, ni es noticia ni es . ¡Qué rápido caduca la información en la era digitarrrl!

En fin, este año y durante el último tramo de 2015 hemos visto como se nos morían un montón de grandes músicos. O de grandes estrellas, que no siempre es lo mismo. Lemmy, Bowie, ahora Prince... Ya sabéis como reacciona la gente a la muerte de los famosos en las redes sociales. Algunos dan sus condolencias, otros se hacen los muy afectados, como si fueran super fans de toda la vida, y otros sienten la necesidad de hacer saber al mundo lo poco que les importa. Que digo yo, espero que no se ponga de moda eso en la vida real. Imagínate que estás ahí despidiendo a tu familiar muerto, descanse en paz, y se presenta un desconocido bebiendo cerveza de su lata, tope indiferente: «Sí, sería un buen hombre pero no me da ninguna pena. No escuché sus discos».  Resultado: ganas de pegarle.

Por mi parte nunca fui muy fan de David Bowie y mucho menos de Prince, aunque los dos eran muy glamourosos, las cosas como son. Serían la purpurina de este post.

«OMG! De dónde has sacado esa gabardina tan chic, David?»
«De donde a ti no te importa, zorrrrra».


El vodka lo pondría Lemmy. ¿Que quién es Lemmy? Ay, madre... Os pondré en antecedentes para que quienes no hayáis oído hablar de este ídolo y señor sepáis lo que os habéis perdido.

Lemmy Kilmister, frontman del grupo Motorhead, fue siempre conocido además de por las horribles verrugas de su cara, por su talante macarra, su sentido del humor, su fiesterismo y su falta de pelos en la lengua. Otros pelos le sobraban en otras partes del cuerpo, por ejemplo en sus verrugas. Verrugas con pelos, sí. En fin, sigamos... Lemmy, debido a su actitud, era considerado la esencia pura del rock'n'roll, algo así como un heraldo del rock en forma humana paseando por la tierra. En la peli Airheads (Cabezas Huecas) se le comparaba con un dios, y no han sido ellos los únicos. Una vez, un periodista le preguntó a Lemmy: «Lemmy, ¿eres Dios?». A lo que respondió: «Qué va. Una vez vi a Dios cuando estaba de ácido y él era mucho más alto». Por respuestas como estas y sobre todo por su actitud rebelde y desinhibida ante el mundo, las normas, la vida y sus verrugas, Lemmy era admirado y adorado en el mundillo. Vivió como quiso, hizo lo que le dio la gana y nunca se arrepintió de nada. No necesitaba la aprobación de nadie y nunca encontraba una buena razón para morderse la lengua. Así forjó su leyenda. Bueno, y escribiendo canciones y guitarreando como una máquina apisonadora, vale. Pero lo otro también.

«...and we play rock and roll».

Después de leer esto quizá pensaréis: «Fíjate, a Nellie le debe gustar mucho Motorhead». Pues la verdad es que no. Salvo cinco o seis canciones me aburren un poco, para ser sincera. Pero, ¡ah! La actitud, amigas y amigos. La actitud, eso sí me gusta.

¿Qué es la actitud del rock and roll? Los expertos en música seguramente soltarán largas parrafadas sobre esto. Yo no soy experta en nada, pero creo que la actitud del rock and roll se resume en: «Esto es lo que pienso, esto es lo que me gusta, así es como soy y me da igual tu puta opinión». David Bowie y Prince eran glamourosos, sí. Creativos. Estéticos. Hacían lo que les daba la gana, pero de otra manera, sin restregártelo por la cara. Era una actitud un poco más edulcorada, más almibarada. Eran rebeldes, pero sin pasarse. Eran transgresores, pero con una buena capa de barniz guay.

Esa es la diferencia entre una estrella del rock y una estrella del pop. La estrella del pop está hecha para ser popular, para gustar, para que la gente se vuelva loca y la admire. La estrella del rock gusta precisamente por lo contrario, porque no está ahí para que la admires, ¿te enteras? Es un poco paradójico, es como estos chicos que intentan ligar contigo ignorándote.



Estrella del pop


Estrella del rock


Pero bueno, que el post no va de eso. ¿Por qué pienso que podemos aprender cosas de las estrellas del rock y no de las estrellas del pop? Genial, gracias por preguntarlo. Vamos allá con la... (redoble épico)...


7 COSAS QUE PUEDES APRENDER DE LAS ESTRELLAS DEL ROCK (PERO DE LAS DEL POP NO).

1.- Da igual la pinta que tengas, siempre puedes convencer a los demás de que eso es guay.

Podéis ver unos ejemplos abajo. Sí, amigos, eso se llevaba. De hecho aún se lleva. Y los fans lo imitan. Muchos diréis: «Nellie, se te pira la fresa. Lady Gaga o Michael Jackson también se ponen la ropa que les da la gana». Sí, es verdad, pero sus fans no salen a la calle así, ni van a comprar así, ni a currar, ni a por el pan. Los rockeros sí lo hacen, y a todos nos gusta, reconozcámoslo. Eso es un gran triunfo de las estrellas del rock: nos han convencido a todos de que su ropa mola. Ellos visten como les da la gana y nosotros les aplaudimos por transgresores, es más, se nos contagia su estilo. Bueno, al menos un poco...


Rob Halford, cantante de Judas Priest,
y sus aventuras en el detector
de metales del aeropuerto.
Los Poison, unos tíos que estaban más buenas que yo.





















Conclusión: ponte lo que quieras, cuando quieras, y llévalo con seguridad.


2.- Los horarios son una imposición social.


Para una estrella del rock nunca es demasiado pronto para beberse una birra y nunca es demasiado tarde para desayunar. A una estrella del rock no le importa llegar tarde, o no llegar en absoluto. No es divismo, no es que se crean mejor que los demás, es que la puntualidad se la sopla y viven la vida a su propio ritmo.

Moraleja: Muchas veces nos obsesionamos con las fechas de entrega, con el paso del tiempo, con lo que se supone que debemos hacer en cada momento. Relajarse y dejar que de vez en cuando sea el mundo el que se adapte a nosotros no tiene nada de malo. No digo que faltes a la vista de tu juicio por asesinato con la consiguiente orden de busca y captura, pero vamos... que si un día dejas para mañana lo que puedes hacer hoy, pues tampoco pasa nada.

3.- Sé valiente siempre.

No tienes nada que perder. Nuestra cabeza nos dice que sí, que tenemos muchas cosas que perder. La gente a nuestro alrededor también nos lo dirá: «No hagas eso, estás loca, no va a salir bien, vas a fracasar». ¿Fracasar? Fracasar es no intentarlo. Ir de discográfica en discográfica con tu maqueta y que te den con la puerta en las narices una vez, y otra, y otra, eso no es fracasar, eso es trabajar.

No tengas miedo al fracaso, el fracaso no existe. Es un concepto que han inventado para joder, nada más. Cuando algo no te salga bien a la primera, sé persistente. Ya saldrá a la segunda, o a la tercera, o a la decimosexta. 

4.- Insultar no es tan malo.

Esto es una opinión muy personal, pero bueno. Os daré mi visión. Últimamente vivimos en una época en la que tenemos la piel muy fina. Todo el mundo se siente ofendido enseguida, por cualquier cosa: colectivos, personas particulares... aquí, digas lo que digas, siempre le pica algo a todo el mundo. No sé de dónde proviene esa susceptibilidad, pero sí sé que he visto a estrellas del rock decirse a la cara toda clase de burradas y partirse de risa, incluso cuando esas burradas van en serio. No creo que haya que ir por la vida insultando a los demás por la cara, pero sí me parece que un «cállate, gilipollas» a tiempo te hace la vida más fácil. ¡Y además, te desahogas!

Suelta tacos cuando quieras. No estés siempre preocupándote de ser políticamente correcta. A quien no le guste, que mire hacia otro lado.

¿Y lo agustito que te quedas, qué?


5.- Divertirse es MUY importante.

Grandes grupos de rock como Van Halen, Poison, Steelheart, Warrant o Quiet Riot han dejado auténticos himnos a la diversión. En sus videos musicales mostraban un estilo de vida desenfadado y un poco loco, y durante sus conciertos intentan hacer que la gente se lo pase bien. En USA invitaban a sus programas de televisión a frontmen como David Lee Roth o Sebastian Bach porque sabían que entretenían y divertían a la gente dijeran lo que dijesen, hicieran lo que hicieran. También hay rock reivindicativo, desde luego, intelectual o sesudo, pero una de las esencias más primitivas del rock moderno es la diversión y la expresión.

No dejes pasar la oportunidad de echarte unas risas. Da igual lo chunga o dura que seas, no hace falta estar todo el día amargada, ¿vale? ¡Aplícate el cuento! Y cuando no sepas cómo salir de la melancolía, ponte alguna canción como esta, verás como se te pasa el mal rollo.


6.- Gritar desahoga.

Esta no hay que explicarla. ¿Habéis estado alguna vez en un festival, o en un macro-concierto al aire libre? Si no es así, imaginaos a mil, dos mil, diez mil, incluso treintamil personas gritando. Es una de las mejores cosas de la vida, en serio.


7.- La opinión de los demás, está de más.

Durante los ochenta y parte de los noventa, cada nueva estrella del rock pasaba por un proceso interminable de juicios de valor (y a veces de juicios legales) en los que se ponía en la balanza qué clase de personas eran, por qué hacían lo que hacían, cómo afectaría eso a los jóvenes, si era buena música, si tenían calidad, si debían ser lapidados, etc. Todas, absolutamente todas las estrellas del rock hicieron lo mismo con este fenómeno: limpiarse el trasero.

Si ellos, expuestos ante el mundo entero, tienen los arrestos suficientes como para pasar de la opinión ajena... ¡tú también! No dejes que nadie critique tu forma de ser ni que pongan en cuestión tu esencia como persona. Pasa del tema y sigue a lo tuyo. O ciérrales la boca con un buen «cállate, gilipollas». ¡Es tu vida!


Seguro que hay muchas más cosas que podríamos aprender de las estrellas del rock: cómo coger un micro para que quede guay y no parezca que vas a comerte un pene, desde dónde hay que echarse la laca, a fumar sin manos y a poner voz de tipas duras. Pero eso lo dejaremos para otro momento.

¡Espero que hayáis aprendido mucho y a partir de mañana salgáis todas a la calle con mallas chocheras, como la Terremoto de Alcorcón! Lo de insultar y eructar, solo cuando ya tengáis experiencia.





¡Nos vemos en la próxima!