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lunes, 4 de julio de 2016

6 cosas que los hombres hacen para ligar (y fracasan estrepitosamente)



Se dice que las mejores ideas llegan cuando una está en la cama y durante los ratitos que pasamos en el WC. Yo nunca tengo buenas ideas, pero las preguntas más existenciales siempre me las hago cuando estoy cagando. Mientras mi cuerpo se «renueva por dentro», como dicen en los anuncios de Activia, mi mente, relajada y libre de presiones, empieza a filosofar.

¿Hay un plan para todos nosotros? ¿Qué nos depara el destino?
¿Cuál es el sentido de la vida? Ser, o no ser.


El otro día, en uno de estos momentos mágicos, estaba hablando por WhatsApp con una amiga —no mintáis, todos hemos enviado WhatsApp alguna vez mientras defecamos— y me dijo que un tío al que estaba conociendo le había enviado una foto de su pene. Tras las risas y el pitorreo, vino mi reflexión. ¿Por qué los hombres creen que mandar una foto de su polla es una buena idea? No entiendo en qué momento un tipo piensa: «Pues mira, Marta me gusta tanto que voy a enviarle una foto de mi sardinilla, a ver si me considera apto para mantener relaciones sexuales. Seguro que le parece super romántico y seductor».

Antes de continuar, soy consciente de que hay chicas a las que, efectivamente, les gusta ver fotos de pollas. Qué puedo decir, este es un país libre, pero desde un punto de vista estético, debemos reconocer que la mayoría de las pollas son feas y/o hacen gracia. El aparato genital está diseñado para hacer sus funciones, no para ser bonito. Para seducir ya tenemos el trasero, los ojos, la sonrisa… un coño no seduce. Y una polla, pues tampoco. Para colmo  —atentos, viene la clave del tema aquí— el pene está asociado desde tiempos inmemoriales al humor. Ya sabéis, cosas como pintadas en la pared, movimientos de helicóptero y escenas ridículas de chicos corriendo desnudos con eso ahí colgado. Se han encontrado pintadas de penes hasta en cuevas prehistóricas. 

Conclusión: Fotos de pollas= Nos da risa.

«Ola wapa, soy Carlos28, kdamos?»


Pensando en esto, me di cuenta de que los hombres están realmente mal asesorados en cuanto a seducción. Como en todo, hay excepciones, pero por norma general, los tíos no tienen ni idea de cómo seducir y cuando se esfuerzan en hacerlo, lo hacen todo mal. Por eso cuando más nos gustan es cuando no se están esforzando en intentar follarnos. ¿Tengo razón, o no? Bueno, si queréis discutir sobre esta idea de base podéis hacerlo en los comentarios. De momento, os presento...

LAS 6 COSAS QUE LOS HOMBRES CREEN QUE SON SEDUCTORAS, PERO RESULTA QUE NO.

Chicos, atentos. Esto puede cambiar vuestra vida.



1.- Hablar todo el rato de ellos mismos.

Puede parecer lógico, ¿no? Les gusta una chica, el objetivo es que la chica sienta algo mínimamente parecido, o al menos, que se deje. Hay que presentar el producto, así que te ponen la cabeza como un bombo contándote su vida. Muchas veces, a los cinco minutos dejas de escuchar y te limitas a asentir y sonreír mientras te preguntas si no estarías mucho mejor en tu puta casa jugando a World of Warcraft. Normalmente, la respuesta es SI. Felicidades, has perdido tres horas de tu vida con un cretino que se gusta demasiado.

2.- Intentar ser románticos.

Un piropo sincero te llega al corazón. Una muestra espontánea de admiración y respeto, te conquista. Las frases dignas de carpeta de adolescente o las letras de una bachata no, eso... osea, no, por favor. 

Romántico-sexual: «Quisiera ser un pez para tocar mi nariz en tu pecera». Juan Luis Guerra inventó una forma muy sutil de decir que te quiere comer el coño, pero mira... no, ¿vale? Mal.

Romántico-patético: «Solo es un segundo en el que me atrevo a pedirte que me ames, después seguiré soñando contigo y pidiendo que algún día me dediques una de tus miradas». Traducción: estoy dispuesto a arrastrarme cuanto haga falta a cambio de una remota posibilidad de follar.

Romántico-poeta frustrado: «Dos mundos y un amor, dos sentimientos y un querer, dos cuerpos y un placer. Dos melodías de amor y una eternidad para escucharlas juntos». Por norma, las mujeres rehuimos de los hombres que se expresan como sesentones, pero especialmente cuando sus frases románticas podrían parecer un estribillo de Bustamante. Gracias, next.


Eres hermosa, como una mariposa.



3.- El piropo chungo.

Para piropear hay que tener gracia, ingenio y creatividad. Os pongo ejemplos de piropos de mierda, extraídos de casos reales. (Fuente: mis amigas).

«Te has debido caer del cielo porque pareces un ángel». No me digas. Eres tan original...
«No me puedo creer que no tengas novio». Error tremendo. Todo mal.
«¿Además de guapa también eres simpática?». Esto invita claramente a decir NO. Yo no podría resistirme, vaya.
«Tas to buena, hehehe». Sin comentarios.


4.- Dar pena.

No entiendo en qué mundo una mujer se siente atraída por hombres que lloriquean. Ante todo, aclarar que no desprecio la debilidad. Todos somos frágiles y vulnerables, la cuestión es no ir agitándolo por ahí como una bandera ni usándolo para ligar. No me parece nada atractivo. Por eso, cuando en una cita te encuentras con el típico tío que busca comprensión y te habla de todas sus miserias (sus problemas, su trabajo y, sobre todo, su ex), tus alarmas deberían empezar a sonar. Es un MOTHERFINDER, un hombre que no busca una mujer, sino a una segunda madre. ¡Y no parará hasta encontrarla! ¿Seguro que quieres ser tú? No, ¿verdad? Pues corre, que aún llegas a ver Deshaucios a lo Bestia.


5.- Sexo: Fotos del pene.

Todo comenzó con esto. Este es un gran error. Mandar fotos de los abdominales, de las tetas, del culo o del vientre puede estar bien, funciona tanto para hombres como para mujeres. Pero hay que intentar que la foto sea agradable, seductora. Una foto con los pantalones algo bajados, mostrando el principio de los glúteos y la supersexy línea de los dorsales, con la iluminación adecuada... eso es BIEN. Ahora, ¿un primer plano de la polla? ¿En serio? Osea, ¿por qué? No me entra en la cabeza, en serio. Tal vez deberíamos probar a hacerlo al revés a ver qué pasa, cada vez que nos manden una foto de un pito, responder con una foto de nuestro chocho. Y la habitual pregunta: «¿Te gusta?». Si hacéis la prueba, contadme.



6.- Sexo: Movimientos seductores.

Chicos, no todos sois Chayanne. De hecho, pocos sois Chayanne. Vuestra intención es hacer un acercamiento, en la discoteca o en casa, con movimientos provocativos y eróticos. Os suele salir mal. Hazlo bien, y si no sabes hacerlo bien, NO LO HAGAS. Gracias. En serio, gracias.

Expectativa

Realidad


Podría seguir pero ya me he cansado. Estoy segura de que vosotras tenéis muchas más cosas que aportar a esta magnífica lista. Ya sabéis que podéis comentar abajo y mantener un saludable debate acerca de estas cosas tan super importantes para la vida.

Sin más, seguid siendo fabulosas. ¡Nos vemos en la próxima!

ME VOY A LA PISCINA!!




miércoles, 4 de mayo de 2016

7 cosas que puedes aprender de las estrellas del rock



¿Qué tal, bonicos y bonicas?

¿Os habéis enterado ya de que ha palmado Prince? Seguro que sí. De hecho, como ya han pasado casi dos semanas, ni es noticia ni es . ¡Qué rápido caduca la información en la era digitarrrl!

En fin, este año y durante el último tramo de 2015 hemos visto como se nos morían un montón de grandes músicos. O de grandes estrellas, que no siempre es lo mismo. Lemmy, Bowie, ahora Prince... Ya sabéis como reacciona la gente a la muerte de los famosos en las redes sociales. Algunos dan sus condolencias, otros se hacen los muy afectados, como si fueran super fans de toda la vida, y otros sienten la necesidad de hacer saber al mundo lo poco que les importa. Que digo yo, espero que no se ponga de moda eso en la vida real. Imagínate que estás ahí despidiendo a tu familiar muerto, descanse en paz, y se presenta un desconocido bebiendo cerveza de su lata, tope indiferente: «Sí, sería un buen hombre pero no me da ninguna pena. No escuché sus discos».  Resultado: ganas de pegarle.

Por mi parte nunca fui muy fan de David Bowie y mucho menos de Prince, aunque los dos eran muy glamourosos, las cosas como son. Serían la purpurina de este post.

«OMG! De dónde has sacado esa gabardina tan chic, David?»
«De donde a ti no te importa, zorrrrra».


El vodka lo pondría Lemmy. ¿Que quién es Lemmy? Ay, madre... Os pondré en antecedentes para que quienes no hayáis oído hablar de este ídolo y señor sepáis lo que os habéis perdido.

Lemmy Kilmister, frontman del grupo Motorhead, fue siempre conocido además de por las horribles verrugas de su cara, por su talante macarra, su sentido del humor, su fiesterismo y su falta de pelos en la lengua. Otros pelos le sobraban en otras partes del cuerpo, por ejemplo en sus verrugas. Verrugas con pelos, sí. En fin, sigamos... Lemmy, debido a su actitud, era considerado la esencia pura del rock'n'roll, algo así como un heraldo del rock en forma humana paseando por la tierra. En la peli Airheads (Cabezas Huecas) se le comparaba con un dios, y no han sido ellos los únicos. Una vez, un periodista le preguntó a Lemmy: «Lemmy, ¿eres Dios?». A lo que respondió: «Qué va. Una vez vi a Dios cuando estaba de ácido y él era mucho más alto». Por respuestas como estas y sobre todo por su actitud rebelde y desinhibida ante el mundo, las normas, la vida y sus verrugas, Lemmy era admirado y adorado en el mundillo. Vivió como quiso, hizo lo que le dio la gana y nunca se arrepintió de nada. No necesitaba la aprobación de nadie y nunca encontraba una buena razón para morderse la lengua. Así forjó su leyenda. Bueno, y escribiendo canciones y guitarreando como una máquina apisonadora, vale. Pero lo otro también.

«...and we play rock and roll».

Después de leer esto quizá pensaréis: «Fíjate, a Nellie le debe gustar mucho Motorhead». Pues la verdad es que no. Salvo cinco o seis canciones me aburren un poco, para ser sincera. Pero, ¡ah! La actitud, amigas y amigos. La actitud, eso sí me gusta.

¿Qué es la actitud del rock and roll? Los expertos en música seguramente soltarán largas parrafadas sobre esto. Yo no soy experta en nada, pero creo que la actitud del rock and roll se resume en: «Esto es lo que pienso, esto es lo que me gusta, así es como soy y me da igual tu puta opinión». David Bowie y Prince eran glamourosos, sí. Creativos. Estéticos. Hacían lo que les daba la gana, pero de otra manera, sin restregártelo por la cara. Era una actitud un poco más edulcorada, más almibarada. Eran rebeldes, pero sin pasarse. Eran transgresores, pero con una buena capa de barniz guay.

Esa es la diferencia entre una estrella del rock y una estrella del pop. La estrella del pop está hecha para ser popular, para gustar, para que la gente se vuelva loca y la admire. La estrella del rock gusta precisamente por lo contrario, porque no está ahí para que la admires, ¿te enteras? Es un poco paradójico, es como estos chicos que intentan ligar contigo ignorándote.



Estrella del pop


Estrella del rock


Pero bueno, que el post no va de eso. ¿Por qué pienso que podemos aprender cosas de las estrellas del rock y no de las estrellas del pop? Genial, gracias por preguntarlo. Vamos allá con la... (redoble épico)...


7 COSAS QUE PUEDES APRENDER DE LAS ESTRELLAS DEL ROCK (PERO DE LAS DEL POP NO).

1.- Da igual la pinta que tengas, siempre puedes convencer a los demás de que eso es guay.

Podéis ver unos ejemplos abajo. Sí, amigos, eso se llevaba. De hecho aún se lleva. Y los fans lo imitan. Muchos diréis: «Nellie, se te pira la fresa. Lady Gaga o Michael Jackson también se ponen la ropa que les da la gana». Sí, es verdad, pero sus fans no salen a la calle así, ni van a comprar así, ni a currar, ni a por el pan. Los rockeros sí lo hacen, y a todos nos gusta, reconozcámoslo. Eso es un gran triunfo de las estrellas del rock: nos han convencido a todos de que su ropa mola. Ellos visten como les da la gana y nosotros les aplaudimos por transgresores, es más, se nos contagia su estilo. Bueno, al menos un poco...


Rob Halford, cantante de Judas Priest,
y sus aventuras en el detector
de metales del aeropuerto.
Los Poison, unos tíos que estaban más buenas que yo.





















Conclusión: ponte lo que quieras, cuando quieras, y llévalo con seguridad.


2.- Los horarios son una imposición social.


Para una estrella del rock nunca es demasiado pronto para beberse una birra y nunca es demasiado tarde para desayunar. A una estrella del rock no le importa llegar tarde, o no llegar en absoluto. No es divismo, no es que se crean mejor que los demás, es que la puntualidad se la sopla y viven la vida a su propio ritmo.

Moraleja: Muchas veces nos obsesionamos con las fechas de entrega, con el paso del tiempo, con lo que se supone que debemos hacer en cada momento. Relajarse y dejar que de vez en cuando sea el mundo el que se adapte a nosotros no tiene nada de malo. No digo que faltes a la vista de tu juicio por asesinato con la consiguiente orden de busca y captura, pero vamos... que si un día dejas para mañana lo que puedes hacer hoy, pues tampoco pasa nada.

3.- Sé valiente siempre.

No tienes nada que perder. Nuestra cabeza nos dice que sí, que tenemos muchas cosas que perder. La gente a nuestro alrededor también nos lo dirá: «No hagas eso, estás loca, no va a salir bien, vas a fracasar». ¿Fracasar? Fracasar es no intentarlo. Ir de discográfica en discográfica con tu maqueta y que te den con la puerta en las narices una vez, y otra, y otra, eso no es fracasar, eso es trabajar.

No tengas miedo al fracaso, el fracaso no existe. Es un concepto que han inventado para joder, nada más. Cuando algo no te salga bien a la primera, sé persistente. Ya saldrá a la segunda, o a la tercera, o a la decimosexta. 

4.- Insultar no es tan malo.

Esto es una opinión muy personal, pero bueno. Os daré mi visión. Últimamente vivimos en una época en la que tenemos la piel muy fina. Todo el mundo se siente ofendido enseguida, por cualquier cosa: colectivos, personas particulares... aquí, digas lo que digas, siempre le pica algo a todo el mundo. No sé de dónde proviene esa susceptibilidad, pero sí sé que he visto a estrellas del rock decirse a la cara toda clase de burradas y partirse de risa, incluso cuando esas burradas van en serio. No creo que haya que ir por la vida insultando a los demás por la cara, pero sí me parece que un «cállate, gilipollas» a tiempo te hace la vida más fácil. ¡Y además, te desahogas!

Suelta tacos cuando quieras. No estés siempre preocupándote de ser políticamente correcta. A quien no le guste, que mire hacia otro lado.

¿Y lo agustito que te quedas, qué?


5.- Divertirse es MUY importante.

Grandes grupos de rock como Van Halen, Poison, Steelheart, Warrant o Quiet Riot han dejado auténticos himnos a la diversión. En sus videos musicales mostraban un estilo de vida desenfadado y un poco loco, y durante sus conciertos intentan hacer que la gente se lo pase bien. En USA invitaban a sus programas de televisión a frontmen como David Lee Roth o Sebastian Bach porque sabían que entretenían y divertían a la gente dijeran lo que dijesen, hicieran lo que hicieran. También hay rock reivindicativo, desde luego, intelectual o sesudo, pero una de las esencias más primitivas del rock moderno es la diversión y la expresión.

No dejes pasar la oportunidad de echarte unas risas. Da igual lo chunga o dura que seas, no hace falta estar todo el día amargada, ¿vale? ¡Aplícate el cuento! Y cuando no sepas cómo salir de la melancolía, ponte alguna canción como esta, verás como se te pasa el mal rollo.


6.- Gritar desahoga.

Esta no hay que explicarla. ¿Habéis estado alguna vez en un festival, o en un macro-concierto al aire libre? Si no es así, imaginaos a mil, dos mil, diez mil, incluso treintamil personas gritando. Es una de las mejores cosas de la vida, en serio.


7.- La opinión de los demás, está de más.

Durante los ochenta y parte de los noventa, cada nueva estrella del rock pasaba por un proceso interminable de juicios de valor (y a veces de juicios legales) en los que se ponía en la balanza qué clase de personas eran, por qué hacían lo que hacían, cómo afectaría eso a los jóvenes, si era buena música, si tenían calidad, si debían ser lapidados, etc. Todas, absolutamente todas las estrellas del rock hicieron lo mismo con este fenómeno: limpiarse el trasero.

Si ellos, expuestos ante el mundo entero, tienen los arrestos suficientes como para pasar de la opinión ajena... ¡tú también! No dejes que nadie critique tu forma de ser ni que pongan en cuestión tu esencia como persona. Pasa del tema y sigue a lo tuyo. O ciérrales la boca con un buen «cállate, gilipollas». ¡Es tu vida!


Seguro que hay muchas más cosas que podríamos aprender de las estrellas del rock: cómo coger un micro para que quede guay y no parezca que vas a comerte un pene, desde dónde hay que echarse la laca, a fumar sin manos y a poner voz de tipas duras. Pero eso lo dejaremos para otro momento.

¡Espero que hayáis aprendido mucho y a partir de mañana salgáis todas a la calle con mallas chocheras, como la Terremoto de Alcorcón! Lo de insultar y eructar, solo cuando ya tengáis experiencia.





¡Nos vemos en la próxima!






domingo, 24 de abril de 2016

Vodka, purpurina y libros - Presentando el blog.


¡Hola!

Si has llegado hasta este blog, seguramente es porque me conoces de algo. Si no me conoces de nada, te contaré lo básico: soy Nellie Pink y escribo cosas. Lo digo muy a menudo porque es verdad, pero también para convencerme a mí misma. Llevo algún tiempo trabajando en el mundo de la edición y como ghostwriter freelance (si no sabes lo que es eso, el libro de Ana Rosa Quintana lo escribió alguien como yo) y este año he decidido comenzar a escribir mi propio libro, con mi nombre y todo. Bueno, con mi nombre no, con mi pseudónimo, que para el caso es igual. El problema es que entre el poco tiempo que tengo, lo mal que lo administro y lo mucho que me gusta la fiesta, la cosa va lenta. Me está costando más que dejar de fumar.
Así con todo.

Espero terminarlo para el verano y convertirme en una escritora famosa, que es mi mayor aspiración en esta vida. Ya me veo codeándome con otros grandes del negro sobre blanco, como ElRubius y Aless Gibaja.

En fin, lo de hacerme un blog no tiene mucho que ver con eso de escribir un libro. Purpurina con Vodka existe porque tengo muchísimas cosas super interesantes que contar, pero no quiero aburrir a la gente por Facebook. Y Twitter tiene pocos caracteres. En Twitter no tengo espacio para explicar, por ejemplo, lo importante que es no morderse los padrastros, o hacer un cuadro comparativo sobre el nivel de heroísmo de Batman vs.el de Superman, o desarrollar una tesis sobre donuts o tipos de helados. Y esa es la clase de cosas que vais a leer aquí. Cosas muy necesarias. Y muy cuerdas.




¿Qué insinúas, maldita zorra?

¿Por qué Purpurina con Vodka? Pues porque me gusta la purpurina, y me gusta el vodka. No soy una alcohólica, pero en lo que a mí respecta, los mejores placeres de la vida son comer, divertirse y beber (el sexo, por supuesto, entra en la sección «divertirse»). Mi bebida favorita es el vodka, y desde que cumplí los treinta he desarrollado una técnica muy depurada para pasar de las cosas que no me gustan. Os pondré un par de ejemplos: cuando tienes treinta años y no tienes hijos, como es mi caso, la conversación durante las comidas familiares suele tocar asuntos muy peliagudos. Uno de ellos es la muerte. Los amigos de mis suegros empiezan a tener problemas de salud, enfermedades y un montón de cosas nada bonitas ni brillantes, así que cuando hablan de eso, me pongo una copa. También, de vez en cuando, se habla sobre hijos y crianza —prometo escribir en el futuro un post realmente largo y sarcástico sobre esto—, y en esos momentos yo me pongo otra copa. Soy una mujer adulta, así que intento enfrentarme a las cosas que no me gustan de la vida con optimismo. Pero cuando el optimismo no funciona, pues cubata. A veces pienso que la vida es como hacer un dibujo en preescolar. Intentas hacerlo lo mejor que puedes, pero no te sale lo que tenías en la cabeza. Tú te imaginas una casa genial y te sale un churro. Te imaginas una princesa super guay y te sale Rita Barberá con traje de flamenca. La parte buena es que por muy mal que te salga el dibujo, siempre se arregla si le echas purpurina. Y si no puedes mejorarlo ni así, entonces... exacto. Cubata. 

Bette Davis sí que sabía.

Después de este inteligente símil imagino que ya os hacéis una idea de por qué el título del blog. Pero más allá de esta filosofía de vida digna de galletas de la suerte, el nombre también hace alusión a algo mucho más superficial: el glamour y la decadencia. Desde las flappers de los años 20 hasta las mujeres fatales del cine negro, desde las cantantes de cabaret berlinés hasta las pin-ups... la inspiración retro femenina siempre me ha encantado. Y no sé por qué, porque yo glamour no tengo ninguno y decadencia, menos todavía. Pero es ver a Rita Hayworth o a Gloria Swanson y se me cae la baba. 

Bueno, pero lo importante... ¿de qué vamos a hablar aquí? Pues de todo un poco. De música, eso seguro. De cultura pop, de películas, de videojuegos. De internet y de libros, y de las cosas raras que me encuentro por Madrid, mi ciudad adorada: pintadas surrealistas en las paredes, cosas imposibles en las tiendas de chinos y gente rara en general. Yo no estoy hecha para hablar de cosas serias. No puedo comentar la política actual ni dar consejos sobre alimentación, no sé cómo ponerse la raya del ojo a la primera ni trucos de maquillaje para disimular nada. 

Así que mi único objetivo con este blog es compartir mi manera de ver el mundo y echarnos unas risas, porque así es como lo veo yo. Con mucha purpurina. Y si ni eso lo arregla, pues cubata.

La semana que viene, en la primera entrada oficial, hablaremos de estrellas del rock vs. estrellas del pop y por qué las primeras molan más. ¡No os lo perdáis!